Un consejero especializado en drogas...


está trabajando con un adolescente que se ha involucrado con las drogas en la escuela. Ella ha estado trabajando con los jóvenes durante diez años y ahora ha añadido la técnica cuándo-cuál-cómo a su práctica de asesoramiento.

Debido a que ella está acostumbrada a una postura estricta sobre sus jóvenes clientes, la práctica de transferirles las virtudes del corazón es en cierto modo un nuevo enfoque. Ella ha visto demasiadas reincidencias y, en consecuencia, su aplicación de las virtudes está a menudo acompañada por la expectativa del fracaso. Esto no es necesariamente culpa de ella, sino simplemente el resultado de su larga experiencia en el campo de ser testigo de la incapacidad de los usuarios para superar sus hábitos de drogadicción.

En este caso, las expectativas negativas de la consejera son un obstáculo difícil para ella de eliminar, debido a la miasma emocional negativa de la drogadicción. Para gestionar estas expectativas negativas, ella debe trabajar construyendo energía emocional positiva en su vida sustituyendo las expectativas negativas del pasado por las virtudes del corazón.

Vemos en estos dos casos que el factor tiempo juega un papel importante en la práctica del cuándo-cuál-cómo. Para qué están las expectativas, salvo para la anticipación y la esperanza de un resultado o consecuencia que es más a menudo el deseo de la personalidad-ego en lugar de la del Ser Superior. Es por ello que el cultivo de la neutralidad ante el trabajo con las virtudes es importante.

Debemos estar dispuestos a confiar plenamente en la inteligencia del corazón para gestionar las situaciones que nos encontremos. Practicamos cuándo-cuál-cómo y nos colocamos a un lado para permitir que las virtudes hagan su trabajo de transformación. Nos colocamos a un lado, pero permanecemos atentos, listos para iniciar, de ser necesario, cualquier seguimiento sobre la expresión de las virtudes.

La conclusión es que nuestras expectativas ponen un espacio-tiempo, la personalidad-ego "gira" sobre las virtudes, esto es innecesario y es más probable su ineficacia que su eficacia. Si esperamos demasiado o muy poco de los resultados, estamos proyectando nuestros deseos a los demás, perjudicando así nuestro juicio acerca de cuándo, cuál y cómo vamos a practicar hacia esta persona o situación la próxima vez.

Esto muy probablemente significa que, la próxima vez, vamos a abordar el encuentro desde la perspectiva de la personalidad-ego del espacio-tiempo, con todo el bagaje del pasado. Esta no es la forma en que practicamos. Practicamos con una actitud neutral y no prejuiciosa, centrada en el corazón energético, y alineada con el Ser Superior. Esto es lo neutral, el sol espiritual interior que brilla su amor divino a todos, sin límites de tiempo, los prejuicios de la memoria de la personalidad-ego.