quiere mejorar la relación entre él y sus estudiantes. Él decide enviarles comprensión y agradecimiento durante una semana, al final de la cual se evaluará la situación. Si no ha mejorado, intentará otra estrategia.
Este profesor ha impuesto un límite de tiempo en virtudes que existen más allá de la dimensión espacio-tiempo. Se ha establecido una condición restrictiva para el éxito. Si una semana es demasiado larga o no, no tiene importancia. El fundamento subyacente de la práctica es que estamos aprendiendo a trabajar desde el punto de vista del Ser Superior, el cual trasciende la realidad espacio-tiempo de la personalidad-ego.
Mediante el establecimiento de un límite de tiempo, este individuo está diluyendo la eficacia de las virtudes mediante la imposición de restricciones sobre ellas. Por lo tanto, antes de que comiencen a fluir las virtudes a sus alumnos, está limitando la eficacia de las virtudes mediante la creación de condiciones que no se aplican a ellas debido a que, como el alma, existen en un estado subjetivo más allá del mundo de la forma de tres dimensiones.