Agradecimiento y una Invitación a la Práctica


Esto está dirigido a ti, el practicante, el que vive en la frontera entre tu contraparte superior, el alma, y tu contraparte más familiar, el ego. Antes de tu nacimiento como ser-practicante, nosotras, las seis virtudes, no teníamos poder para traer la plenitud a tu vida. Pero tu decisión de aprender los caminos del corazón es muy apreciada. Por lo tanto, como un equipo, te damos las gracias por ayudarnos a ayudar. Y para aquellos de vosotros, que no están seguros de los pensamientos y sentimientos que se presentan aquí, por favor, aceptad las siguientes palabras como si fuerais practicantes del cuándo-cuál-cómo.

Soy Valor. Practicante antes de que nacieras mi presencia sombra, el miedo, acompañó a tu ego por todas partes. Al miedo le gusta hacerse pasar por el cobarde o el matón —los guardianes leales de tu ego. Cuando la intensa luz de la comprensión ardió en tu conciencia, te diste cuenta de cómo el miedo estaba impidiendo tu inclinación natural hacia la auto-maestría emocional. Tu despertar como practicante me ha permitido entrar en tu conciencia, dándote la fuerza y el coraje de enfrentar la verdad de tu situación y de buscar un nuevo camino.

Soy Entendimiento. Tu deseo de comprender la naturaleza de tu vida, tus relaciones y tu mundo sin el filtro de tu personalidad-ego, me ha traído a tu presencia. La luz que traigo sólo puede brillar de verdad cuando la máscara del ego no filtra mis rayos. Lancé la luz de la sabiduría espiritual. Te guiará con esa comprensión amorosa que irradia desde la inteligencia del corazón. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de mi virtuoso compañero, Valor.

Soy Compasión. Mi entrada en tu vida es el resultado de tu capacidad de sentir, de pensar y de vivir más allá de las fronteras de protección de tu personalidad-ego. Cada vez que descubres que tu ego ha construido un nuevo muro defensivo para bloquear mi entrada, no respondas destruyendo lo que el ego no puede dejar de construir. Llámame, y en su lugar construiremos. Construiré una puerta abierta en el muro, de manera que la luz de mi compasión pueda transmitirse en el mundo de tu ego. Mi presencia te permitirá entender y luego perdonar, enseñando así a tu ego que tú no eres el enemigo, sino el practicante. Eres el que establece la armonía al permitir que los muros de la soberanía permanezcan en su lugar durante la construcción de aberturas que permitan a toda la comunidad que venga a tu camino.

Soy Perdón. He llegado a tu vida a causa de tu buena voluntad de liberarte de los deseos de recompensa de tu ego. La luz guía del entendimiento y la misericordia de la compasión me liberan para liberarte. Abro los grilletes de esos eventos que te mantienen prisionero del pasado, y que jamás te permitirán vivir en el momento sagrado que trasciende el tiempo.

Soy Humildad. He anhelado ofrecerte el don de mi presencia, pero el ego siempre ha bloqueado mi entrada, con sus muros de miedo. Es muy difícil para mí entrar en tu conciencia sin la ayuda de mis amigas virtuosas. No soy bienvenida en la vida que compartes con el ego. Cada vez que intento entrar en tu campo por mi cuenta, en ausencia de mis compañeras virtuosas, sólo sientes mi distorsión —la humillación y nunca recibes mi regalo, el conocimiento de tu verdadero yo. Te quito ese peso. Te aligero tu carga. Te permito rendirte en mis brazos reconfortantes. Puedes quitarte los zapatos y descansar los pies cansados, sabiendo que no tienes que jugar a los juegos que demanda tu ego. No hay nadie para quien debas desempeñar un papel. Por fin puedes ser tú mismo, tu hermoso ser único, porque sabes en tu corazón que estás destinado a ser de instante en instante.

Soy Agradecimiento. Antes de que hicieras el esfuerzo por descubrir mi verdadera naturaleza, tu concepto de agradecimiento se basaba en lo que el mundo te proporcionó, pero ahora tu agradecimiento ha cambiado a lo que tú proporcionas al mundo, y que es el regalo de nosotras las seis virtudes. Mi propósito es traerte la dicha que proviene de tu plena realización de la magnificencia, la belleza y la maravilla de las múltiples realidades de la Primera Fuente. He nacido en tu mundo por tu deseo de ver toda la vida en una nueva luz, la luz del agradecimiento amoroso.