La estructura de la práctica. Diagrama

Ampliar imagen aquí


El lado derecho del diagrama muestra un escenario diferente. Aquí las seis virtudes del corazón se transmiten al campo emocional sin interferencia (idealmente). Esto crea la personalidad-alma y la consiguiente coherencia en nuestro Campo Energético Humano Individual (CEHI). Esto contribuye a la acumulación de coherencia en el Campo Energético Humano Colectivo (CEHC). Esta coherencia se mantiene a través del arte de la expresión de las seis virtudes del corazón. Esta es la práctica del cuándo-cuál-cómo. Ahora el campo emocional basado en el corazón está transmitiendo sus energéticas a la mente. (Nótese también, que la situación se invierte con respecto a la mente y las emociones.) Y la mente, en conjunto con las emociones basadas en el corazón, ahora es capaz de crear pensamientos e ideas expresivas del alma, y procesadas por el corazón energético. Esto crea el ciclo virtuoso que refuerza la estructura de la personalidad-alma.

La sección inferior del diagrama muestra simplemente el objetivo, los resultados de nuestras expresiones de la tercera dimensión —derivadas de nuestra adaptación al orden social, o derivadas de nuestro despertar de las almas al Dominio de la Unidad. En el lado izquierdo del diagrama estamos practicando el orden social y en el lado derecho, estamos practicando el arte de lo genuino (nunca mejor dicho sin la intención simbólica). También me gustaría señalar que la práctica del orden social no es necesariamente mala o inmoral. Es practicar el orden social exclusivamente —sin la dimensión espiritual del alma y el corazón energético —que crea las condiciones del materialismo, el separatismo, la desconfianza y el miedo.

Los "opuestos" de las seis virtudes son mis propias interpretaciones. Puede que desees pasar un poco de tiempo reflexionando sobre mis propias interpretaciones del polo opuesto de las virtudes porque su presencia, ya sea en ti mismo o en otros, es un indicador de cuándo aplicar las virtudes del corazón apropiadas. Probablemente la mayoría de nosotros ya estamos familiarizados con los polos opuestos de las virtudes y, por lo tanto, pueden servir como puentes hacia las propias virtudes. En lugar de ver estos polos opuestos como "malos", podríamos compararlos a árboles desnutridos metafóricamente pobres de la luz del sol que nutre con sus rayos el alma por una atmósfera emocional contaminada. Intencionadamente en estos árboles debilitados y atrofiados brilla la luz del alma, nosotros podemos despejar su atmósfera y restablecer la salud de estos árboles.