Una pareja de mediana edad se enfrenta a una difícil decisión. El padre del esposo ha sido diagnosticado con la enfermedad de Alzheimer y él y su esposa deben decidir si cuidar de él en casa o ponerlo en un hogar de ancianos. Están desgarrados emocionalmente, ya que aunque tienen una habitación disponible, también tienen dos hijos adolescentes y se preocupan por el impacto que esto tendrá en ellos.
Buscan la opinión y el asesoramiento de profesionales médicos, trabajadores sociales y miembros de la familia, pero al final la decisión es realmente de ellos. En última instancia, a través de su práctica del cuándo-cuál-cómo, buscan el consejo del corazón energético. Incluso ir a esta profunda fuente de sabiduría, no parece ser una respuesta correcta o la solución perfecta al dilema. Además, su padre no quiere ser una carga para la familia, pero en esta etapa, él no es capaz de tomar una decisión objetiva.
Eventualmente, la pareja decide intentar lo mejor por mantener a su padre en casa con ellos durante tanto tiempo como les sea posible. Acuerdan que si la situación se vuelve demasiado difícil para ellos y sus hijos, lo colocarán en una residencia de ancianos. La virtud del valor les dio el coraje para continuar en esta dirección. Esta decisión la sienten bien, ya que han equilibrado la compasión con el entendimiento (comprensión). Se dan cuenta de que toda la familia necesitará mucha compasión y comprensión para trabajar a través de esta crisis. Por lo tanto, la pareja se compromete a trabajar duro para integrar la auto-maestría emocional, la meditación y la práctica cuándo-cuál-cómo en sus vidas.