Lo más obvio para mí sobre el perdón es que está relacionado con el tiempo, más específicamente, el pasado. Cuando no somos capaces o no estamos dispuestos a perdonar, significa que estamos atrapados en el pasado, estamos atrapados y encarcelados por el pasado. Cualquier cosa que nos impida vivir en el presente es un perjuicio para nuestra experiencia y crecimiento como seres humanos.
Es obvio que podemos hacer poco progreso con las otras virtudes, si no podemos escapar de nuestro pasado. La personalidad-ego es de duración determinada, pero el alma trasciende el tiempo. Por lo tanto, el corazón energético dentro del cual existe el alma también se asocia con la atemporalidad. Por lo tanto, el perdón es la clave para acceder a las demás virtudes, porque nos libera de la esclavitud del tiempo.
¿Cuál es el factor que hace posible el perdón? Parte de ello es la voluntad de dejar de lado las circunstancias y las injusticias que creemos que nos hemos hecho a nosotros mismos (ya sean ciertas o no).
Si uno está viviendo desde el corazón, practicando el arte de lo genuino, entonces ¿por qué sería necesario perdonar a alguien? Esto implica que he culpado a alguien o algún grupo por hacer algo mal o hacerme daño. ¿Es, a su vez, "malo" reconocer a aquellos que han causado un daño? No, siempre y cuando no nos aferremos a esa sensación de ser dañado. Es el apego a herir, la autocompasión que prolonga innecesariamente el sufrimiento. Así como se nos ha hecho daño y causado sufrimiento, nuestro apego a esta condición da como resultado nuestro deseo de sancionar, castigar, culpar a quien quiera o a lo que ha causado esto. Queremos que ellos sufran también.
El perdón neutraliza este deseo de venganza. ¿Qué pasa con aquellos que quieren que se haga justicia, por así decirlo? Esto implica las leyes que rigen la sociedad y va más allá de la capacidad personal para el perdón. El perdón es más una actitud subjetiva, más un estado de espíritu que un gesto específico. El perdón está en curso. Reconoce delito, pero no habita en él, ni trata de prolongar la culpabilidad asociada a ella como un "castigo" para el infractor. Esto se aplica igualmente a los propios sentimientos de maldad y sensación de culpa.