Observación


Eso significa que debemos limpiar un área de nuestro espacio psicológicamente abarrotado de la personalidad-ego de tal forma que podamos detectar las señales que vienen del corazón energético. La clave para hacer eso es la observación. Cuando estamos perdidos en un pensamiento, cuando no estamos presentes, estamos inmersos en, e identificados con, nuestros pensamientos y sentimientos. Bueno, muchos de ustedes quizás ya saben que, no somos nuestros pensamientos y sentimientos. Estos son el contenido de la conciencia, no la conciencia en sí misma. Estas son huellas de memorias holográficas en nuestras mentes mediante contacto rutinario con el mundo tridimensional. Estas huellas son las gavetas de basura y los armarios de almacenamiento de nuestro espacio psicológico. ¡No necesitamos necesariamente esas cosas! Y por supuesto no necesitamos estar dejando todo eso en el suelo de nuestra conciencia cada día y únicamente regresarlo todo una vez más a su lugar. (Es importante notar que simplemente porque “nosotros no somos nuestros pensamientos” no significa que no tengamos responsabilidad sobre ellos).

Si decides intervenir y observar tu reacción habitual ante algo que ves en la televisión o algo que un compañero de trabajo dice o hace que provoca que tú reacciones, HAZ UN ALTO y observa tu reacción. ¿Haces tu comentario “habitual”? ¿Te ríes o te quejas sin pensar en el por qué? ¿Entra a tu mente un pensamiento desagradable o alguna emoción negativa? Cualquier cosa que suceda –OBSÉRVALA. Pon atención a estas reacciones de “actos-reflejo”. Interrumpe el flujo automático de pensamientos y emociones habituales. Estas son las “cosas” que seguimos acumulando y almacenando en nuestros armarios. Estos son los elementos que evitan que la luz del alma entre a tu campo de concienciación. Ese es el “ruido” que ahoga la voz interna del corazón energético. 

Si pones suficiente esfuerzo en interrumpir la reacción en cadena de los pensamientos y emociones de la personalidad-ego, la perturbarás hasta el punto donde habrás creado suficiente silencio para ser escuchado por la voz del corazón energético. Eso no sucede de la noche a la mañana. Eso requiere perseverancia, pero puede ser logrado. También debe ser señalado que el silencio completo de la mente y de las emociones no es posible o incluso no es necesariamente deseable. Es natural para estos instrumentos subjetivos registrar y responder al entorno. Simplemente aprende a verlos en su perspectiva apropiada. Estos pensamientos y sentimientos son tus sirvientes. Ellos te sirven –al alma, al ser superior. Eres el artista creando tu expresión de vida, tu obra de arte. Tus pensamientos y sentimientos son tus brochas y tus pinturas. 

Nuestro objetivo es restaurar el orden en nuestra vida interna de tal forma que podamos llevar las seis virtudes del corazón dentro de nuestra propia vida y las vidas de otros. Considera la mente y las emociones como un electrodoméstico, como una lavadora. Cuando queremos lavar nuestra ropa usamos nuestra lavadora. Al concluir el lavado de nuestra ropa nuestras lavadoras dejan de funcionar y así permanecen hasta que necesitamos lavar más ropa. Nuestro problema es que dejamos encendida nuestra lavadora todo el tiempo, incluso si no tenemos ropa que lavar. Auto-maestría emocional significa que estamos a cargo de la lavadora. No somos la máquina; somos el operador de la máquina. Nosotros aprendemos como usarla eficientemente y por las razones correctas, evitando de este modo estrés innecesario y desgaste de las partes, que cuestan reparaciones, y tiempo fuera de servicio. 

Si observamos la operación continua de la mente y de las emociones conforme éstas reaccionan habitualmente a los encuentros alrededor de ellas, pronto aprenderemos que la mayoría de esta actividad es innecesaria e incluso es dañina a nuestro bienestar. La personalidad-ego está habituada al ruido del orden social. Este ruido tridimensional perjudica y reduce la sensibilidad de nuestros campos de energía mental y emocional. Esta falta de sensibilidad a las transmisiones del corazón energético limita nuestra habilidad para practicar el cuándo-cuál-cómo, sin mencionar el hecho de que no ganamos nada de auto-maestría emocional. Si no podemos ponernos en contacto con nuestras propias energéticas del corazón, ¿cómo podemos esperar ayudar a otros? Recuerden, la exhortación: “Médico, cúrate a ti mismo.” 

Una advertencia antes de continuar –observación no es auto-absorción. Estamos observando nuestros procesos internos con una actitud impersonal. Eso significa que tenemos compasión por nosotros mismos, pero no estamos atados a los pensamientos y sentimientos que tenemos. Somos como el cirujano que ha diagnosticado una enfermedad y puede corregir el problema sin que algún sentimiento sea un obstáculo en el procedimiento que debe ser ejecutado. Si tú repentinamente te identificas con los pensamientos y sentimientos que estás observando, detente, y reajústate como el observador, aquel que determina la calidad y naturaleza de estos contenidos dentro de tu conciencia. Como observador, tú eres el juez sabio y compasivo que determina cómo tus pensamientos y sentimientos están contribuyendo a tu práctica. ¿Son ellos efectos positivos o negativos? 

Si observamos la negatividad en la mente, podemos actuar y detenerla. Nosotros creamos un espacio psicológico desde el que podemos intervenir y restaurar los pensamientos y sentimientos positivos basados en las virtudes. Sin embargo, necesitamos estar presentes con el fin de hacernos cargo. Cuando empezamos a hacer esto, incluso por cinco segundos, hemos empezado un proceso que conducirá a un mayor control, y al final, a la auto-maestría. Este es el inicio de la práctica efectiva del cuándo-cuál-cómo. Este es el inicio de una percepción y una sensibilidad incrementadas a las transmisiones del corazón energético.