Concienciación de momento en momento


Esto puede sonar extraño para algunas personas, pero no estamos practicando maestría emocional, estamos practicando auto-maestría emocional y mientras que estemos inconscientes en nuestras rutinas cotidianas, no estará el yo presente. Hay un grupo variado de recuerdos y hábitos –comportamientos aprendidos que operan en piloto-automático –pero ¿estás TÚ presente en el momento, de momento-a-momento? Esta es un pregunta que debes resolver tú mismo, pero lo que es más importante, no permitas que interfiera con o retrase nuestros esfuerzos por practicar las seis virtudes del corazón. Puedes practicarla mientras investigas tu grado de presencia en las actividades cotidianas. 

Este problema de estar presente en el “aquí y ahora” no es nuevo. De hecho, muchos libros han sido escritos y quizás el pensador más influyente en este tema fue el filósofo y maestro, J. Krishnamurti (1895-1986). Sea o no un concepto nuevo eso no reduce la importancia sutil de permanecer en el momento presente. El punto es que la sensibilidad del corazón es de poco o ningún valor si no hay un individuo presente que detecte las señales e inicie una acción, como la práctica cuándo-cuál-cómo. 

Estoy seguro que muchos de ustedes tienen la experiencia de estar sentados junto a alguien que les está contando sobre un incidente de algún tipo y repentinamente se dan cuenta que durante el último minuto no se dieron cuenta que es lo que él/ella ha estado diciendo. Incluso eso se vuelve más vergonzoso cuando tu amigo te pregunta qué es lo que piensas del incidente. ¿O has estado en alguna ocasión haciendo un encargo y llegas a tu destino y no tienes idea de cómo llegaste a ese punto? 

¿Dónde estuvimos en esas ocasiones? Estuvimos viajando en piloto automático, pero tenemos muy poca información de lo que sucedió durante nuestra ausencia. Has escuchado a tu esposa o pareja decir repentinamente, “¿Me estás escuchando?” Y respondes, “Oh, si” Y luego la desafiante pregunta, “¿Entonces que dije?” Y respondes: “hmmm… no estoy seguro.” 

Estos ejemplos traen a colación una sorprendente concienciación. A saber, que con frecuencia dormimos –incluso cuando supuestamente estamos despiertos. Simplemente no estamos realmente aquí aun cuando pensamos que estamos. Estamos predominantemente operando en un holograma auto-mantenido construido mentalmente de nuestra propia realidad. Este es el filtro del ego mediante el cual el mundo exterior fluye dentro de nuestro cerebro. Como lo acabamos de ver, aparentemente incluso no tenemos que estar presentes con objeto de ejecutar nuestras rutinas diarias. Sin embargo, podemos operar con mucho mayor eficiencia y vigilia si podemos aprender a estar presentes en el ahora. 

En la popular serie de televisión de ciencia ficción, Viaje a las Estrellas, la nave estelar tiene por lo menos dos tipos de sistemas de propulsión. Los motores de impulso operan en el espacio-tiempo “normal,” pero los motores warp permiten velocidades más rápidas que la luz, transcendiendo los límites del espacio y tiempo. Además, la comunicación instantánea en Viaje a las Estrellas ocurre a través del espacio sub-cuántico (cuántico, no-local), de este modo superan la distancias tremendas entre los mundos y el tiempo necesario para enviar mensajes de un lado al otro. 

Nosotros somos como una nave estelar dañada del universo de ciencia ficción de Viaje a las Estrellas, operando únicamente con los motores de impulso de espacio-tiempo restringido y nunca sacamos provecho de nuestros motores warp más rápidos que la luz. En esta analogía, nuestro ego-personalidad son los motores de impulso y nos comunicamos a través de retrasos de tiempo de espacio-tiempo. (Recuerden a los reporteros de noticias cuyas conversaciones son confusas debido al retraso de los satélites de comunicación.) Vivir desde el Corazón mediante la auto-maestría emocional está agregando impulsores warp y comunicaciones en el sub-espacio dentro de nuestra vida diaria. Esto nos lleva más allá del espectro de la personalidad-ego tridimensional viviendo y extendiendo nuestro rango de vivir dentro de las dimensiones más elevadas del corazón energético y del alma. 

Regresando a nuestra discusión principal, nuestro espacio psicológico está lleno con tanto contenido que el campo de nuestra percepción es bloqueado por todas las “cosas” de nuestra realidad construida. Estamos muy preocupados y distraídos por nuestro propio contenido psicológico que no podemos ver, escuchar ni sentir a los individuos que encontramos en nuestra vida diaria. Así que, como frecuentemente Krishnamurti señala, nosotros realmente nunca entramos en contacto con otros. Solamente contactamos nuestros pensamientos y sentimientos construidos sobre los otros. Con el fin de evitar absolutos, diré que la mayoría del tiempo entramos en contacto con las pasadas imágenes de la gente que nosotros queremos que la gente sea, no con las imágenes que la gente está proyectando en el momento presente. Esta es una ironía doble de la situación. Todos nosotros estamos, en su mayoría, comunicándonos el uno al otro mediante imágenes falsas, imágenes muy frecuentemente congeladas en los prejuicios de juicios pasados. 

Optimistamente, vosotros podéis ver las implicaciones de todo esto en la práctica cuándo-cuál-cómo. Nuestra tarea requiere que trabajemos desde el nivel de conciencia del alma y desde las energéticas del corazón. De lo contrario, estamos funcionando desde la idea construida de nuestro ego-personalidad de quién y qué deben ser los otros (y el resto del mundo en general). Recordando la analogía de Viaje a las Estrellas, el ego-personalidad está usando un motor de impulso que está basado en el espacio-tiempo. A fin de que nosotros seamos verdaderamente efectivos en nuestra práctica debemos operar desde fuera del espacio-tiempo incluso mientras vivimos en el espacio-tiempo. No se trata de excluir un mundo “inferior” del espacio-tiempo, sino que se trata de expandir y extender el rango de nuestra conciencia viviendo dentro de dimensiones inexploradas más allá de nuestra tridimensional realidad dominante. 

Nuestra meta es estar despiertos, presentes y concentrados en el momento y no estar perdidos en pensamientos de dónde hemos estado, dónde queremos ir, o preferiríamos estar. No estamos residiendo en el pasado, o escapándonos dentro del futuro. Simplemente estamos presentes y sintonizados en lo que está frente a nosotros.