Un amigo necesitado


A menudo nos enfrentamos a una situación en la que un amigo está en crisis y necesita hablar de ello. Supongamos que un amigo ha venido a ti para hablar de un problema personal. Le estás prestando un oído comprensivo y proporcionándole apoyo personal por su situación. Esta es una expresión externa de la compasión y el entendimiento, pero ¿cómo se pueden aplicar más virtudes a esta crisis? Por ejemplo, es posible extender tu compasión a la dimensión interna visualizando que fluye la compasión hacia fuera desde tu corazón al corazón de tu amigo. Esta activación interna de una o más virtudes podría muy bien ser más potente y eficaz que escucharle comprensivamente, aunque ambas son importantes.

Un punto útil aquí es darnos cuenta que la activación de la práctica del cuándo-cuál-cómo en nuestra vida diaria va en contra de nuestro habitual estilo de interacción social. En su mayor parte, estamos acostumbrados a interactuar con los demás en el plano físico de la vida. Por lo tanto, cuando estamos sentados con un amigo que tiene que hablar de un problema, nos comunicamos de forma automática (palabras y lenguaje corporal) en el nivel físico. Probablemente sentimos simpatía y quizás empatía, pero no estamos participando proactivamente con nuestro amigo en el plano interno. Por supuesto, mucho más puede estar ocurriendo a nivel subconsciente, pero nuestro objetivo es llegar a ser practicantes conscientes, no ser simplemente simpatizantes pasivos.

Cuándo-cuál-cómo aborda el nivel emocional interno subjetivo de una manera pro-activa. Estamos dirigiendo intencionadamente virtudes del corazón específicas a nuestro amigo o cualquiera que nos encontremos por casualidad. No estamos acostumbrados a interactuar de esta manera con los demás (o con nosotros mismos, para el caso). Es por esto que nos olvidamos de participar de la práctica tan a menudo y es por eso que tenemos que trabajar duro en entrenarnos para recordar estar presentes, para observar y practicar.