• El simple hecho de realizar este ejercicio, permitiendo que las energías de estas virtudes fluyan a través de mi ser, de alguna manera renueva mi espíritu.
• Esta crisis se está convirtiendo en un gran descubrimiento. Ahora veo que mi corazón me ha llevado a mi propia alma. Siento mi conciencia elevada y cambiada a un estado de serenidad y unidad.
Cuando buscamos la alineación con el corazón energético, también nos estamos alineando con nuestro Ser Superior. Cuanto más nos esforzamos por alinearnos con el aspecto espiritual de la vida (en vez del material, sólo el aspecto de la forma), más conocimientos recibiremos. Si tenemos la voluntad de persistir en la práctica cuándo-cuál-cómo, descubriremos que nuestras vidas y nuestra práctica se funden en una sola expresión de vida. Esto viene después, pero no hace ningún daño hablar del objetivo de nuestro trabajo.
Primero vivimos la vida de la unidad —unidad con el mundo de la vida material. Estamos practicando el orden social. Luego descubrimos una enseñanza espiritual que resuena con nosotros. A medida que nos involucramos en la nueva práctica, comenzamos a vivir una doble vida. Una de ellas es la vida ordinaria, la vida material y la otra es la vida espiritual, como el aprender a vivir desde el corazón. Esto marca la etapa dual. Finalmente, esta etapa es sustituida por la integración y fusión de las vías material y espiritual. Tus dos expresiones de vida se vuelven indistinguibles, ya que se combinan para formar una sola vida que expresa la auto-maestría emocional. Estos momentos edificantes, a menudo nacen de la crisis, presagiando ese día futuro, cuando los dos se hacen uno.